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La yerbamuda de Jinámar ante la gran invasión

  • Foto del escritor: Cris rodve
    Cris rodve
  • 6 ago 2018
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 21 ago 2018

La yerbamuda de Jinámar (Lotus kunkelii) es un endemismo local de Gran Canaria catalogado en peligro de extinción por el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. Su única población se rige a solo 5.000 m2, y tiene una gran competencia en sus inmediaciones llamada rabogato (Pennisetum setaceum).



Su pequeña población que se establece en la desembocadura del Barranco de Jinámar, dentro de los límites del Sitio de Interés Científico de Jinámar. Esta especie se ve amenazada por la alteración de su nicho biológico (espacio físico y papel de los organismos existentes en la comunidad, así como de las variantes ambientales). Es muy frágil a cambios, es por ello que sus poblaciones se ven en receso y ascenso continuo. Desde 1970 su población se ha reducido constantemente, hasta los 21 ejemplares en 2002, pero en 2016 se pudo contar con 203 individuos. Estos cambios poblacionales vienen dados generalmente por las sequías anuales, pero la mano del hombre tiene bastante culpa, con las construcciones de infraestructuras (la GC-1 o la polución de la UNELCO), extracción de material, acumulación de escombros, etc. Pero hoy quiero tratar otra amenaza a la que también debemos culpa, y es la presencia de la especie exótica invasora rabogato en sus inmediaciones. Incluida en el Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, por el que se regula el Catálogo español de especies exóticas invasoras.


Se consideran especies exóticas a aquellas que no pertenecen a los ecosistemas de forma natural, pero peor aún, las invasoras son aquellas que encuentran facilidades para naturalizarse y proliferar de forma desenfrenada, hasta tal punto que si no se controlan y erradican pueden generar gravísimos problemas a nuestras especies endémicas (especies asentadas únicamente en ciertas áreas a nivel mundial).


En este caso, el rabogato es una especie nativa de África oriental, pero se está expandiendo por todo el planeta, ya que el ser humano la ha transportado. Incluso ha llegado hasta el archipiélago Hawaiano, justo en medio del océano Pacífico. Es una especie que se dispersa con facilidad y rebrota fácilmente a partir de fragmentos de raíces. A todo ello, posee una altísima tasa de producción de semillas con fácil dispersión anemócora (dispersión de semillas asegurada por el viento). Es por ello que en muchos lugares del mundo altera los paisajes naturales, con el total reemplazamiento de sus plantas nativas.


Ya se ha naturalizado en toda Canarias, y existen controles de eliminación en carreteras o Espacios Naturales Protegidos (ENP). Pero bajo mi percepción no se hacen correctamente, ya que no se lleva acabo las directrices técnicas marcadas por el Gobierno de Canarias. Como nombraba anteriormente, sus semillas se dispersan fácilmente por el viendo, por lo que no se han de extraer directamente desde raíz o con maquinarias, sino extraer cuidadosamente las espigas y luego extraer de raíz.


He de destacar, que unos días después de sacar las fotos, donde la yerbamuda de Jinámar y el rabogato compartían nicho, una cuadrilla del Cabildo de Gran Canaria realizó la eliminación del rabogato, aunque esta actuación precisa de un seguimiento prolongado en el tiempo. De esta manera, se evita la competencia y se asegura la estabilidad de las poblaciones de la yerbamuda de Jinámar.


 
 
 

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(Danaus plexippus)

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