3 prohibiciones positivas
- Cris rodve
- 6 ago 2018
- 2 Min. de lectura
¡Buenas noticias! La Unión Europea ha prohibido tres sustancias utilizadas para controlar insectos, es decir, insecticidas. La imidacloprid, la clotiadina y la tiametoxam son neonicotinoides mortales para los insectos, pero el peligro se enfoca en las abejas.

Los neonicotinoides, como su nombre indica (neo: nuevo, y nicotinoides: derivado de la nicotina), son nuevas sustancias químicas diseñadas a partir de la nicotina, insecticida natural. Se aplican a los vegetales de la agricultura por vía sistémica, es decir, pueden penetrar a través del agua por las hojas y por las raíces. Posteriormente son transportados a hojas, flores, raíces, tallos, polen y néctar, y de aquí hasta los insectos que quieran ingerirlas. Todos ellos actúan en el sistema nervioso central, causando una parálisis que lleva a la muerte en pocas horas a los insectos.
Estos insecticidas, entre otros seguramente, provocan el trastorno del colapso de las colmenas (CCD, por sus siglas en inglés). Es un fenómeno en el cual las poblaciones de abejas descienden descontroladamente, ya que salen a hacer sus labores y no regresan, afectando con ello al resto de la colonia que espera su retorno. Y es ahí, aproximadamente sobre el 2006, donde se inicia la investigación casi mundial del ¿por qué? Afortunadamente todos los caminos condujeron a la misma conclusión, los neonicotinoides. Varios estudios presentados a lo largo de estos años dieron pie para prohibir estos tres insecticidas en la propuesta de votación de la Comisión Europea realizada en Bruselas.
Esto ha sido una decisión importante, ya que en 2008 las abejas fueron consideradas “la especie” más importante del mundo, en un debate de la institución Earthwatch celebrado en la Royal Geographic Society de Londres. Ya que según datos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, por sus siglas en inglés), se considera que 71 de las 100 especies de polinizadores que proporcionan el 90% de alimentos para 146 países, son polinizadas por abejas, la mayoría silvestres.
Ya es una batalla ganada para la naturaleza, pero no la guerra porque aún existen 4 neonicotinoides restantes que aún se les permite el uso total (acetamiprid, dinotefuran, nitenpyram y thiacloprid), y muchos más insecticidas que deben ser estudiados a fondo para comprender el peligro que genera en el medio.
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